El dato del Indec mostró una leve aceleración tras cinco meses por debajo del 2%. El aumento se concentró en Vivienda, Educación y combustibles, mientras el dólar apenas subió 1% en el mes.

En la antesala de las elecciones legislativas, el Índice de Precios al Consumidor registró en septiembre una suba del 2,1%, la más alta desde abril. El dato, difundido por el Indec, estuvo en línea con las expectativas del mercado y refleja el impacto moderado del salto cambiario de mediados de mes. En lo que va del año, la inflación acumula 22% y alcanza 31,8% en los últimos doce meses.

El avance de precios se explicó principalmente por aumentos en Vivienda, agua, electricidad y combustibles (+3,1%), junto con Educación (+3,1%) y Alimentos y bebidas (+1,9%), el rubro de mayor incidencia en el índice general. La inflación núcleo, que excluye precios estacionales y regulados, se ubicó en 1,9%, una décima por debajo del mes previo.

Pese al contexto de volatilidad financiera, el Gobierno destacó la continuidad de la desaceleración interanual y la menor inflación acumulada desde 2017. El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que “la estabilidad de precios se mantiene gracias al ancla fiscal, la ausencia de emisión y la recapitalización del BCRA”. Sin embargo, los analistas advierten que la inercia inflacionaria sigue siendo alta y que el esquema actual depende de una fuerte disciplina monetaria.

Consultoras privadas proyectan que la inflación volverá a acelerar en octubre, en torno al 2,3% o 2,4%, impulsada por subas en alquileres, medicina y alimentos. Aunque el programa financiero con Estados Unidos trajo cierto alivio cambiario, el mercado aún duda sobre la sustentabilidad del esquema de control de precios y del tipo de cambio después de las elecciones.