La interna del radicalismo bonaerense (UCR) levantó temperatura en las últimas horas, a pocos días de que se realicen las elecciones del partido en la que se disputarán la presidencia del Comité Provincia el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados de la provincia, Maximiliano Abad, respaldado por el actual oficialismo.

Entre acusaciones y pases de factura por “sumisión” ante el PRO y “abandono del partido”, los candidatos levantaron el perfil en las últimas semanas, cuando se metió de lleno el actual presidente de la UCR y exvicegobernador, Daniel Salvador, quien acusó a Posse de “no tener autoridad política para hablar del radicalismo ni de Juntos por el Cambio”.

En tanto, el intendente de San Isidro, volvió a la carga al afirmar que durante la presidencia de Salvador no fueron “ni socios menores” del PRO y que el radicalismo fue “sometido a una sumisión, a un servilismo que nunca se había visto” dado que les “saqueaban las listas”.

El radicalismo está hecho para conducir, no para ser manejado”, afirmó Posse esta mañana en declaraciones a Radio 10. “Nos saqueaban las listas del radicalismo a mano de dirigentes que no tenían representación, saqueaban las listas y cambiaban los domicilios de las personas” para que pudieran ser candidatos, denunció.

El jefe comunal sanisidrense, cuenta con el apoyo del senador nacional Martín Lousteau y de los dirigentes históricos Federico Storani y Juan Manuel Casella.

“Buscamos que el radicalismo salga del esquema perverso por el cual dirigentes nacionales de otras provincias compiten en Buenos Aires, ya que el radicalismo fue entregado en la provincia de Buenos Aires”, argumentó hoy Posse.

“Ratificamos Juntos por el Cambio pero reformulamos la relación con Juntos por el Cambio, y el radicalismo pasa a ser socio pleno y convocante, un socio que está en condiciones de sostener un frente”, argumentó.

En tanto anoche, a través de una serie de tuits, Salvador acusó a Posse de abandonar la UCR “en reiteradas oportunidades para sumarse al kirchnerismo, el massismo y otras fuerzas políticas”; y de ser “uno de los grandes responsables de la crisis del radicalismo”.